lunes, 27 de octubre de 2008

Como la vida influyó en la salud mental de J.




















J. es una persona emblemática dentro del movimientos de usuarios en salud mental.

J. es entrañable, acogedor, rebosa amor por todos sus poros. 

J. nos dice: 
Precisamente el afecto, el tratarte como persona, es la mejor medicación que podemos dar y recibir.
J. nos ha ilustrado con su autobiografía, y no queremos que se quede solo para nosotros, queremos que el mundo entero lo conozca.

J. nos relata su vida con su dulzura característica, una pequeña muestra de su relato:
"...Desde muy pequeño me di cuenta que hacía cosas que no hacían los demás, cuando pensaba una frase en mi cabeza, tenía que repetirla cuatro veces, cuando tocaba algo tenía que hacerlo repetidamente, cuando pasaba por una calle, para ir a algún lugar, a la vuelta tenía que pasar por el mismo sitio, ya que si no lo hacia creía que me trasladaba a otra dimensión, a otro mundo, entre otras cosas, como comprenderéis todo esto era un padecer, un sufrimiento, un vivir sin vivir.

En realidad no sabía lo que tenía, pero sabía que eso no era muy normal, intentaba que nadie se diera cuenta, me daba vergüenza de que los demás se dieran cuenta de lo que me pasaba, pensaba que si lo sabían se reirían de mí. Por eso cuando unos compañeros de barrio me vieron hacer algunas de estas cosas, dijeron que yo estaba lunático, esto hizo que poco a poco me fuera alejando de las relaciones con los demás..."
Y como no, J., se despide de nosotros tal y como es él, pura transmisión de alegría y amor:
"...Para despedirme de todos vosotros, sólo deciros que disfrutéis mucho de la vida, que no os amarguéis por el lado agrio de ésta y aprovechéis al máximo lo dulce y positivo que nos puede ofrecer. Espero ser vuestro amigo para siempre, hasta pronto."

No hay comentarios: